lunes, 8 de noviembre de 2010

DE GENERACIÓN X A GENERACIÓN K

Si. Es todo simbólico. Las multinacionales siguen saqueando al país. No hay soberanía ni democracia absoluta en este granero del gringaje ontonomásico. Pero algo ha mutado. La generación X, inundada de consumismo y obligada a adoptar una imágen incógnita de regionalidad, de Nirvana, de Air Supply, de Skate, de drogas a precio dólar/peso, de MTV, de Discovery Channel, de electrónica, de vacío, de edulcorado nihilismo, de fiestas, de peleas callejeras, de anarquismo a-político. Yo lo viví. Yo no quise saber nada con la poítica. Y aún no estoy seguro de saber si he recuperado la fe en ella. Yo disfruté del opio del neoliberalismo. Canté canciones en inglés despreciando a los setenteros del Rock Nacional. El vocablo Rock Nacional me daba facho. Nacionalista barato. No me daba cuenta que estaba inmerso en el discurso de "la aldea global". Aunque mi fundamento era, no me gusta musicalmente Charly, ni León Gieco, prefiero Nine Inch Nails; no hay banda "nacional" que me vuele la cabeza como lo hacía Trent Reznor, por tanto el Rock, como entidad sin nacionalidad, sino como un bicho raro que se mete en las culturas conservadoras, para mí trascendía el "nacionalismo". ¿Porque es argentino solamente tengo que escuchar un tipo que me tira letra de protesta política, si a mí no me interesa la política, quiero transgredir la cultura desde la estética. Y los Lito Nebbia, Los Spinetta, y los Ceratis, se me hacían burgueses. Pero insisto, caí en la trampa. En la trampa del fin de la historia (Fukuyama). Y del presente último de la civilización presentado por los massmedia. Despreciaba al país. Despreciaba la producción nacional. Y lo peor no era que lo hacía, sino que tenía razón. Todo era precario, y lo sigue siendo. Los mas grandes artistas argentinos no podían grabar un buen disco con sonido decente sino se iban a grabar a los Estados Unidos (¡y con el 1 a 1 ni tecuento!). Pero..."ácido argentino" de Hermética, con un pésimo sonido, me voló la cabeza. Allí no había metáforas ricoteras. Ni melodías erotizadamente rockeras, sino metal. Metal odioso y doloroso. Que literalmente te escupía, "Pueblos nativos, del suelo mío, fueron saqueados y sometidos, por la siniestra garra de la Madre Perra, que orgullosa festeja 500 años..." Qué vaca cubana ni que mierda, qué hija de la lágrima ni prima del sorete, qué zoom anatómico, ni poronga sin sentido. Ahí creo yo que el mensaje político ingresó a mi vida.
Habíamos perdido la fe en los representantes del pueblo. Ni nos preocupaba repasar la constitución nacional. Que a poco de leerla, nos íbamos dando cuenta que era pura entelequia liberal utópica. Y que el hambre estaba ahí. Y que el derecho a la educación gratuita era puro verso. Ma si, yo me tomo un vino y me miro un video.
Sinembargo en medio de esta orgía sensual de aculturamiento neoliberal, aparecían mutantes de la talla de Alfredo Casero, que nos hacían cagar de risa con cosas que eran para llorar. Un grito de auxilio, que iba a ser escuchado, pero ¿cuándo?.
Era sencillo, nuestro Estado se había desmantelado. Había que rescatarlo. Vino un pingüino tuerto y lo rescató. Antes habíamos gritado (en Capital, yo estaba en el extranjero: La Rioja) "que se vayan todos". No se fueron. Pero los empezamos a regular, a interpelar y a cuestionar. Los represores fueron condenados como debió haber sido desde un principio. Se pusieron sobre la mesa temas que se creían superados. La distribución de la riqueza, en los términos anacrónicos (que creo que hoy son de vanguardia) del marxismo. Esto es; para distribuir, es necesario y excluyente afectar la riqueza. No fue el juicio a los represores lo que despertó reacciones de la derecha sino esto último. Lo primero no quedó en más que una fracasada protesta en la Plaza San Martín (la favorita de Borges) que exigía libertad a los "presos políticos", liderada por la reivindicadora de la apropiación de bebés: Cecilia Pando. Esto no representaba al pueblo. La redistribución: si. Todo esto trajo discusión. Peleas, y lo que dieron en llamar "la crispasión". Yo miraba, desconfiado, todo esto y pensaba...¿no tendrían razón estos que algunos llaman montoneros y otros pequeño-burgueses?. Puede ser, me contestaba, pero no estamos preparados, es demasiado progre, me autoconvencía. El problema de Argentina no es que sea de derecha. Sino que la derecha en Argentina sea tan berreta. Igual que la izquierda. En el centro, los boludos, que tienen que vivir a expensas de un garca más, o menos solidario. Tal vez era hora de quedarse en el medio. Qué se yo, repasando lo que nos habían dejado los milicos, un blando radical, un sirio-libanés mafioso pornográficamente sometido al consenso de Washington y una ameba presidencial de alianza...no había mucha opción. Digo, por primera vez en mucho tiempo, vimos laburar a los okupas del Congreso hasta altas horas de la noche, en pleno debate encima televisado. Algo importante habían tocado en ese tiempo de sequía (que luego sería de lluvias que darían cosechas récord), como para que los tractores se volvieran piqueteros. Acá pasa algo, me dije, algo groso, algo inédito.
Apareció un interés de los skaters descreídos por enterarse de las cosas. Por acercarse a escuchar a lo políticos emergentes. A los opositores, a los concertadores, a los oficialistas, trotskistas, comunistas... El fantasma del "nos quieren convertir en Cuba" empezó a resonar en los taxis. No entendían que la 125 era una medida bien capitalista. Similar a las políticas de emergencia que adoptaron los países centrales para salir de grandes crisis (recuerdesé, derecha berreta). ¿Habíamos estado en crisis desde 2001 no? Habíamos destruido la Industria Nacional, habíamos hecho impagable la deuda, habíamos alcanzado niveles de desempleo históricos, cataclísmicos, y habían aparecido en el tejido social nuevas formas de enloquecer, de enfermar. ¿Inseguridad? Obvio. Bueno, estábamos intentando salir.
Y creo que salimos, al menos estamos en la boca del foso y no en el fondo. Habiéndole dicho chau al "Fondo"(FMI), para ver si empezábamos a dejar de ser el patio del fondo de la Madre Perra de Iorio. Y naturalmente, los que habían participado de la timba financiera: "Argentina está afuera del mundo". ¡Claro estúpido! Gracias a Dios, por fuera del circuito de endeudamiento. Y la bolsa cayó. Y qué bueno fue no haber estado prendido a la teta de los banqueros que nos metieron en el corralito. Porque ahora, la pagan en Europa, aquí podemos arreglarnosla, precariamente, pero de manera mas digna.
Ahí están, no se fueron, pero no son ya sólo los argentinos los que se quieren ir para emprender negocios afuera, ya empiezan a sentirse como argentinos subdesarrollados que tienen que pagar impuestos, y que no les sobra. En una de esas, se terrminan yendo porque el negocio les cierra ahora, pero dada la tendencia tal vez mañana no. Y se van a tener que ir a buscar mano de obra barata a la concha de su buena madre. Esto es marcar la cancha. Poner reglas de juego. Ser, según algunos, autoriarios y confrontadores. "Alcaraho con el ALCA" gritó el Comandante Chávez, en un estadio lleno en La Plata. Un amigo, de Néstor, no de Grobo.
Creo que ahora la generación K no es menos bizarra que la generación X. La letra K es tan fea e inservible a nuestro idioma como la X. No es muy distinguible su cantar político con su cantar futbolero. Pero bueh...la culpa es de Patricio Rey. Hoy escucho a los setenteros, a los nuevos, a los de afuera, y a los de bien adentro, que no andan en circuitos mediáticos fáciles. Producción, ya no consumo. Se ven pibes Ricoteros, metaleros y Poperos bajo banderas de colores. Inocentes, pero agudamente críticos. Desconfiados, pero esperanzados. Ilusionados, pero que saben qué leer y qué no. A fuerza de boludeo mediático, nos convertimos en mutantes sedientos de protagonismo y justicia social. En una conjunción de ansiada fama pop y explosión intelectual contenida por décadas hoy salimos a las calles y queremos recofigurar el tejido social. No es la revolución, pero es lo que hay... y el que venga a querer invocarla por medio de las itacas, a mandarlo a cagar, que ya perdimos mucha gente así. Y el Ejército ya no es el de Mariano Grondona, es del Gobierno, Gobierno Keynesianamente Nacional y Popular. Ahora, a fuerza de Thompkins, de Bennethon, no sé si otra vía puede hacer que des-exrtangericen la tierra. Pero cautela, que las bases en Colombia están allí. Y el Facebook, está leyendo estas líneas. Y hay un par de leyes ahí que estan tratando el tema. Qué va hacer, se me politizó el blog. Yo quería ser anarco...