Terror uterino. En protesta por la suba del petróleo maloliente el político desplazado y tristemente mediapeloteado Sir Raúl Mohamed Castells se presentó en el Cementerio de los grandes políticos y genocidas conocido como el Cementerio de la Recoleta y no reconocido por muchos analfabetos. Su lema "que los muertos de los ricos no tngan mejor techo que los vivos de los pobres" encuentra correlato con su anterior campaña referente a la dieta de los cánidos proto-urbanos transmodernos. Acompañado absolutamente por nadie se presentó elevando una cala simbólica que no sabía muy bien definir qué es lo que simbolizaba. La verdad - dijo - "las calas siempre me parecieron muy hermosas y no sé por qué se las asoció con la muerte".
Nuestra interpretación ensaya que de la misma manera en la que el lugar más bello de la ciudad presenta momumentos a la muerte carnal, la flor recibió igual justicia/injusticia de significado. Esto es seguramente lo que Castells habría querido transmitir, además de demandar la falta de vivienda de la mayoría de los argentinos malalimentados de la Argentina del Sur. Siguiendo con este concepto prosiguió a forzar la entrada de algunas familias a diferentes mausoleos y nichos de familiares de cuanto prócer honorable y no honorable se encotraba paso. Ninguna familia se sintió tocada por habitar la casa post-mortem de un prócer ya que nignuna reconocía a los mismos. La mayoría no saben por ejemplo quién fundó la Argentina, quién inventó la bandera, quién fue el primer presidente o quién fué el primero en venderla.
Algunos opsitores, como Atilio Hediondo Roca repudiaron la demanda calificándola de inadaptada e amoral (la e es de este bruto) y prometió venganza a mano duracell. Sectores pertenecientes a Los oportunistas de la izquierda mas pulenta que los anteriores apoyaron la moción y no se movieron del sementerio hasta que el gobierno de no se quién reprimió. El saldo, muchos muertos.
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